martes, 14 de agosto de 2012

Noche de verano

Calma noche de verano,
sólo encendidas luciérnagas
rompen la quietud que habita
en el arroyo de adelfas.

Sombras teñidas de negro,
en las varadas isletas,
dormitan acomodadas
en sus yacijas de piedra.

Sólo élitros se oyen
en la frondosa arboleda,
céfiros de mariposas
refrescan la noche negra.

El agua está dormitando
bajo un espejo, que quiebra
la cabeza del batracio
con su croar, en tinieblas.

La serpiente, enflaquecida
por el calor de la sierra,
sestea en blandos lechos,
esperando hasta que llueva.

Aromas adormecidos
flotan con lágrimas tiernas
sobre las hojas, que esperan
que el nuevo día amanezca.

Noche de verano limpia,
cielo sembrado de estrellas,
luna que enseña su cara
cristalina, clara y bella.





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