Yo cambiaré feliz todos mis pasos
y los conduciré por la ribera del enebro,
para seguir las huellas que marcaste
al caminar por las orillas del riachuelo.
Recogeré tu imagen reflejada
en las aguas, que forman el espejo
donde vive tu belleza inmaculada
prisionera de las ninfas, en su reino.
Y pasaré la noche vigilante
velando junto a tu claro lecho
para que tu imagen nadie toque
hasta que amanezca el día nuevo.
Yo le diré a las algas y a los peces
que mimen la figura de mis sueños,
hasta que la aurora con sus luces
me devuelva la imagen que más quiero.
Y guardaré en mis pupilas tu sonrisa
y el fulgor de tus dos bellos luceros,
y raptaré del agua aquella efigie
que aprisionó la magia del espejo.
miércoles, 31 de octubre de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario