domingo, 18 de noviembre de 2012

Mi barco


Libre me siento en la mar,
sin montañas ni tropiezos,
ni pedregales cortantes,
ni caminos polvorientos.

Sin fronteras que me impidan
bogar a los cuatro vientos,
poner la proa hacia el sur
para gozar del buen tiempo,

Soltar las velas, cantando
barcarolas de mi pueblo,
las que entonan los marinos
cuando regresan a puerto.

Es un placer contemplar
la mar besando a los cielos,
y en un abrazo se unen
cual dos amantes eternos.

Surcar las aguas azules,
abrir caminos secretos,
descubrir mundos ignotos
habitados por mil pueblos.

Tener alas que liberan
de ataduras y de dueños,
mariposas son mis velas
que liban donde yo quiero.

Nadie me indica el camino,
sólo la luna y el viento
me invitan a que les siga
como amables compañeros.

Dueño de mi barco soy,
mi casa la mar y el cielo,
no me asustan las borrascas
pues yo nací marinero.






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