"Alfredo Pérez Rubalcaba no esperó a que terminara la rueda de prensa de Mariano Rajoy en La Moncloa. A la hora fijada bajó a dar su rueda de prensa en la sede de Ferraz para decir que eso de la «herencia recibida», a la que había apelado el presidente del Gobierno, no es cierto. «Fue un engaño consciente lo que hizo el PP para llegar al poder hace ahora un año, y luego se desdijo en pensiones, IRPF y otras materias. Cada vez son más los españoles que se dan cuenta de que eso de la herencia recibida es el burladero en el que se esconden los malos gobernantes para huir de sus responsabilidades», dijo."
Si no hubiera perdido mi capacidad de asombro, hace tiempo, con estas palabras del Sr. Rubarcaba, me hubiera quedado totalmente asombrado, al ver con la desfachatez y el descaro con que miente delante de toda la nación, este señor ha debido perder toda noción ética relacionada con la verdad.
Ojalá fuera verdad que eso de la herencia recibida fuera mentira, como afirma Rubalcaba, sin que se le caiga la cara de vergüenza; los españoles daríamos cualquier cosa para darle la razón, pero desgraciadamente los cinco millones de parados y el déficit de 8,9 %, son verdades trágicas que nos han llevado a la ruina y a muchos de nuestros ciudadanos a la desesperación, por las consecuencias que han tenido para ellos. Para este señor no debe existir la crisis, sino que debe ser una mentira inventada por los peperos....
Sr. Rubarcaba, el PP no ganó las elecciones. Aunque no hubieran movido un dedo, el resultado hubiera sido el mismo; fueron Vds. con su pésima forma de gobernar, llevando al país a la ruina los que le entregaron el poder, no hicieron falta promesas y menos engaños.
Ahora se encuentra Vd. entre dos fuegos, por un lado, parte de su partido quiere acabar con Vd., y lo tacha de hacer una oposición débil y poco eficaz, y por otra, la falta de credibilidad ante los ciudadanos y la carencia de argumentos para hacer una oposición seria, después de su nefasta labor de gobierno. Y claro, como no tiene una salida airosa, sale con palabras como éstas, que lo único que consiguen es desprestigiarlo aún más, al usar la mentira como puerta escapatoria.
Una democracia sana necesita unos partidos íntegros, honrados, buenos regidores, y no lo que tenemos en este país, y todo esto porque los que integran la clase política se han ganado, con sus hechos, el triste honor de ser una de las preocupaciones mayores de los ciudadanos.
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