Se han apagado las luces
de la esperanza del pueblo,
el sol se siente lejano,
la noche tiende su velo.
Los niños ya no transitan
ni se dedican al juego
en la plaza del lugar,
todo es tristeza y silencio.
Los jóvenes se han marchado,
con pesar, al extranjero,
buscando una vida nueva,
y echarán raíces lejos.
Un huracán se ha llevado
las casas y hasta los huertos
de los pobres ciudadanos,
el pueblo ya está desierto.
Este tremendo huracán
no lo han creado los vientos,
lo ha creado el mal hacer
de dirigentes ineptos.
Cubiertos de inmunidad
que les permite ser necios,
irresponsables, nefastos,
ruinosos para los pueblos.
Ay mi gente cómo sufre,
cómo le falta el sustento,
cómo pierden sus viviendas
las familias de mi pueblo.
Desesperados esperan
que alguien le ponga remedio
a este sin vivir diario,
a este problema tremendo.
jueves, 13 de diciembre de 2012
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