He de seguir yo tus pasos
aunque se borren tus huellas,
al aire preguntaré
por dónde te guía tu estrella.
Él que borró tus pisadas,
para que nadie pudiera
profanar donde han posado
tus bellos pies de gacela,
me dirá por dónde has ido,
por el prado o la ribera,
por las orillas del mar
o por las nevadas crestas.
No me importa si el camino
discurre por las laderas
de montañas peligrosas,
o por parajes de niebla.
La luz que en mi corazón
me encamina por tu senda,
no necesita de hitos
ni tan siquiera de señas.
Es la atracción que me llama,
la que te busca y encuentra,
aunque perdida te halles
en laberintos de sierras.
Seguiré siempre tu busca,
hasta encontrar a mi reina,
aunque el resto de mi vida
un peregrino parezca.
sábado, 1 de diciembre de 2012
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