domingo, 5 de mayo de 2013
Timanfaya
Campos sembrados de lava
laberintos ocultados,
espejos de obsidiana negra
en un paisaje encantado.
Malpaises construidos
por la furia de Vulcano,
removiendo las entrañas
de Gea, que pare el basalto.
Fuego que siembra de negro
las planicies y los llanos,
conos que lanzan al cielo
lenguas de dragones pardos.
Mar de lavas que caminan
en olas rojas, reptando,
serpientes de fuego y muerte
arrasan vidas, pasando.
Acantilados morenos,
bufaderos plateados,
que asemejan a fontanas,
con sus acuáticos arcos.
Lechos de reptiles rojos,
deslizantes, abrasados,
ígneas arterias que fluyen
portando magma en sus vasos.
Cavernas no construidas
por animales ni humanos,
esculpidas con cinceles
de la fragua de Vulcano.
Playas negras, enlutadas,
bañadas por mar océano,
residuos de rocas ígneas
que la mar ha triturado.
Timanfaya, mar y sombras,
rocas, volcán apagado,
paisaje que luna obscura,
a la Tierra le ha prestado.
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