Mucho se ha hablado y se seguirá hablando, por un tiempo, del cesado entrenador del Madrid. Como aficionado de toda la vida, pero moderado y sin fanatismo de ninguna clase, he de decir que el paso del portugués por el club blanco y por el fútbol español ha tenido más sombras que luces.
Mourinho, como persona pública deja mucho que desear. Para ser un buen líder que capitanee a un grupo de personas, ha de fomentar entre ellas un buen ambiente, condición indispensable para que el grupo funcione y rinda. Tiene que ser una persona equilibrada, con dominio de si mismo y de las circunstancias, que mire por el bien de la institución y sepa sacrificar, muchas veces, su propio ego. Antes que un profesional de algo, se ha de ser un hombre cabal. Mou ha dado muestras de ser un incontrolado, un mal educado con sus jugadores y con sus adversarios, ha dado muestras claras de ser un orgulloso, que le encanta estar todo el día sobre el candelero de la prensa.
El deporte tiene unas características propias, que hay que respetar y sobre todo valorar. En el deporte no vale todo, no se pueden tener los triunfos como meta única e ineludible y que hay que conseguir sea como sea; esto sería desvirtuar el auténtico deporte. El Madrid siempre se ha caracterizado por ser un club con una trayectoria limpia, sin marrullerías, sin violencias, sin prepotencias, el Sr. Mourinho no ha sabido continuar esta línea y ha perjudicado la imagen del club, causándole un gran daño.
Florentino le dio todo lo que pidió, y sus fichajes, la inmensa mayoría, han sido un fiasco, muchos millones gastados para tan poco rendimiento. No ha sido capaz de formar un equipo compacto, como el Madrid de otros tiempos, sino que ha habido una dependencia total de Cristiano Ronaldo. La última liga la perdió antes de comenzarla, en los primeros partidos, cosa nunca vista en el equipo blanco. A este entrenador le ha venido muy largo un club como el Madrid.
lunes, 17 de junio de 2013
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