viernes, 5 de julio de 2013

Muro de San Telmo- Puerto de la Cruz



La historia se repite y los disparates, si Dios no lo remedia también. Nos tienen acostumbrados los ediles de turno del ayuntamiento del Puerto de la Cruz a dejar su impronta arquitectónica en la ciudad turística, cual otros Felipes II, para que sus pequeños Escoriales pasen a la posteridad, pero el pueblo lamenta que dichas obras, por otra parte muy costosas, no han servido para nada y han empeorado aquello que pretendían mejorar. Estos señores no aprenden y siguen cometiendo error tras error, despilfarrando el dinero.

Recordemos algunas de las obras ineficaces realizadas:
-El muelle, que si mal no recuerdo costó un buen puñado de millones. Una estructura totalmente inútil, incapaz de que fondeen en él ni los barcos más pequeños. No se le pidió reponsabilidad de ninguna clase a nadie, y ahí ha quedado como un muerto.
-Paseo costero de la playa Martiánez: Fabricado en madera, a la misma orilla del mar. Todo el mundo que veía esta obra se extrañaba de que se gastara el dinero en una estructura que tenía los días contados, porque los materiales no tenían la resistencia que requería el lugar. Otro derroche de dinero.Al poco tiempo tuvieron que quitar la madera y sustituirla por piedra.
-Los dos bares situados junto a la playa Martiánez, en la Avda. de Colón( popularmente conocidos como vaquerías). Una obra que rompe el paseo costero, que impide la visión del mar y que costó un dineral. Ahí están esos dos muertos como lugar de defecación de las palomas.

El muro del Paseo de San Telmo es una defensa contra el mar. No desentona nada con el entorno y no tiene ninguna fuerza argumental que haya sido construido en el año 70, para destruirlo. No impide la visión del mar y sería un disparate más el derruirlo.

Si se trata de mejorar el entorno de San Telmo, que sea eso, mejorarlo y no lo contrario. Hacer una rampa en la escalera situada junto a la ermita de S. Telmo, adecentar el pavimento, y no necesita nada más. No hay que gastar el dinero en obras innecesarias, y más en los tiempos en que estamos. Existen otras calles en el municipio que necesitan un arreglo e incluso algunas que no tienen alumbrado público. Tiene uno la sensación que sólo hay que atender al centro de las ciudades, los barrios siguen siendo los hermanos pobres que viven de las sobras de los ricos. Pues no, hay que atender primero las necesidades, antes que las obras de embellecimiento. No queremos más obras que empeoren nuestra ciudad y que sean un derroche de dinero.
Animo a los portuenses a que se opongan a tamaño disparate.




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