La idea de estado, de servidores del pueblo, es una lección que no han aprendido. Ofrecen una serie de puntos a ejecutar, llamado programa electoral, y de ahí no me saques. Y esto es hacer las cosas al revés. Es el pueblo soberano el que tiene que imponer el programa de gobierno, que no es otro que el conjunto de sus necesidades, comenzando siempre por las más básicas.
La política no se puede concebir como una profesión, sino como una vocación sin límites de servicio, donde no hay topes
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