Estos populismos que están poniendo de moda cierta clase política nos puede llevar a la ruina. Consultar a ignorantes sobre cómo hay que hacer cosas que requieren unos estudios previos bien fundamentados, realizados por personal técnico, debidamente cualificado, es un error craso, de nefastas consecuencias.
El trasplante de ideas de un campo a otro es peligroso, y muchas veces fruto de la ignorancia, pero es la forma disfrazada de conseguir unos objetivos, que por la vía de la razón, no se conseguirían.
El político no suele ser una persona técnica, y tiene que asesorarse antes de tomar decisiones importantes, pero no por quienes entienden sobre la materia menos que él, sino por verdaderos expertos. Ese es el camino, lo demás es hacer demagogia y política barata que suele resultar muy cara.
miércoles, 25 de enero de 2017
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