El Cainismo español ha hecho mucho daño a través de la historia, llegando a su punto álgido en la guerra del 36. Mientras los ejércitos luchaban en el campo de batalla, el Cainismo se cebaba en la población civil , ajustando cuentas y segando vidas de inocentes, simplemente por rencores personales o por pertenecer al otro bando.
Durante la larga dictadura hubo tiempo de pensar y meditar en las barbaries cometidas, y los padres de la transición fueron conscientes de unos acontecimientos que había que evitar, por todos los medios, que volvieran a repetirse. Cediendo de una y otra parte elaboraron una constitución que nos permitiera vivir en paz a todos. En los años siguientes se limaron asperezas, se respetaron ideologías, y el Cainismo desapareció, con gran alegría de todos. Pero los que no han vivido aquellos tiempos no son conscientes de sus trágicas consecuencias, y están resucitando de nuevo el odio y la división entre los ciudadanos. El Cainismo ha vuelto a nacer, porque hay quien ha abonado la tierra y ha sembrado la semilla de este monstruo. Se podrán dar por contentos los que han echado por tierra la labor de convivencia y de entendimiento de 40 años.
lunes, 2 de octubre de 2017
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