Todos conocemos la frase: "El fin no justifica los medios" atribuida, por unos, a Maquiavelo, por otros a Napoléon Bonaparte y hay quien cataloga como padre de la criatura al teólogo alemán Hermmann Busenbaum, y que posteriormente la han recogido los manuales de ética de todo el mundo. Hoy, en mi reflexión, yo quiero darle la vuelta: "los medios no justifican el fin".
¿Y esto por qué lo hago? Pues sencillamente, porque me voy a referir a una práctica muy generalizada en los recientes reinos de Taifas, en los que los políticos han convertido a nuestras regiones y provincias. Y es que hay una cierta fiebre por recobrar costumbres, canciones, lenguas, tradiciones... etc. que ya se tenían más que olvidadas, y que nadie las echaba de menos ni les hacía caso. Y no es que esto esté mal, no, para mi es indiferente, lo que está mal es el fin político con el que se ha hecho, que no es otro que el diferenciarse de los demás, de sentirse distintos, de formar barreras, de separarse, de desintegrar esta unidad, de usarlos como armas arrojadizas en esta lucha separatista de los neoestrategas destructores de la idetidad y unidad nacional. Se sirven de cualquier cosa, aquí los medios no son los malos, el malo es el fin.
viernes, 19 de enero de 2018
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