sábado, 28 de noviembre de 2009

Historia falseada.

Hemos de escribir la historia
sin arcos iris floridos,
con los hechos en la mano,
sin pinceles florecidos.

Sin los tintes que embellecen
personajes ya vividos,
maquillajes adulones
que ocultan lo sucedido.

La historia no es una res
que por caminos sabidos
es conducida sumisa
y guardada en el aprisco.

La historia es vida de ayer
de los pueblos y los hombres
realidades de vivencias
de los ricos y los pobres.

Muchos quieren hoy trazar
las sendas por donde han ido
los caminantes que antaño
su recorrido han seguido.

Sin pensar que el que camina
ha trazado su vereda,
y ahora quiere el que le sigue
corregir su vieja senda .

Si no sabes caminar
por senderos escogidos
crea las rutas que te lleven
a tus lugares vacíos.

No seas hito que equivoca
al peatón y al peregrino
porque no quieres decir
la dirección del camino.

No debemos falsear
los hechos acontecidos,
ni por intereses propios
relegarlos al olvido.

La historia es como es
con sus luces y sus sombras,
ni podemos apagarlas
ni borrar nuestra memoria.

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