Nubarrones, en la casa,
de pobreza y de miseria
lanzan al chico a los ruedos
a ver si a torero llega.
Cornadas atravesadas
de carencias y de penas
lleva sufriendo en su alma
desde que el mozo naciera.
Atormentado se siente,
sentimientos de impotencia
bañan su espíritu joven
cuando a su madre contempla.
No tiene lo necesario
para vivir en la aldea,
ni casa que la cobije,
ni abrigo que la proteja.
Una mañana temprano
antes de que el sol saliera,
va, con su hatillo en la mano,
triste, por la carretera.
Va en busca del toro bravo
el que pacta en la dehesa,
burlando a los mayorales,
para hacer alguna tienta.
Maletilla sin capote
la noche obscura te espera,
el astado ya te mira,
la parca atenta te acecha.
De este terrible morlaco,
está oculta en la cabeza,
no la dejes que se adueñe
de tu vida que comienza.
Recorriendo Andalucía
por sus campos y dehesas
va buscando la ocasión
de encontrarse con la fiera .
A un mayoral que lo ha visto
le han gustado sus maneras,
y una corrida le brinda
la próxima primavera.
Novillada sin caballos,
traje de luces le prestan,
con finura y elegancia
ha rematado faena.
Tomará la alternativa
en la Maestranza torera
de las manos del maestro
que marcó su vida entera.
Triunfó, y a hombros ha salido,
ha abierto la grande puerta ,
todo el mundo lo proclama,
y él de su madre se acuerda.
Ya tendrá su propia casa
y los vestidos de seda,
ya nada le faltará ,
vivirá como una reina.
martes, 24 de noviembre de 2009
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