Cuando estoy cansado y tenso,
apago el interruptor,
me traslado a los espacios,
a otros mundos, a otro sol.
Camino sin gravedad,
por los cielos transparentes,
planetas, galaxias, soles,
arreboles refulgentes.
Y pregunto a las estrellas
por el final del camino,
ellas siempre me contestan:
desconozco ese destino.
Millones de estrellas veo,
en las galaxias me adentro,
pero al final de sus órbitas
siempre estoy en el comienzo.
Nadie me da una respuesta,
ni cometas con sus colas,
ni lunas con sus planetas,
todos mi pregunta ignoran.
Grandiosidad es la palabra
e inmensidad su gemela,
si queremos describir
los que los cielos nos velan.
Ni rastro de extraterrestres,
todos se esconden, no quieren
que los descubra un terrícola,
mas parece que algo temen.
No me resigno a creer
que no haya inteligentes
quizá la inteligencia allá
sea de un modo diferente.
Todo lo queremos juzgar
con nuestra lógica humana,
sin saber que podría haber
otra forma nada clara .
La lógica no es creativa,
pero tampoco destruye
lo que ella no comprende
y el firmamento construye.
El cosmos nos anonada
maravilla inabarcable,
ni imaginamos su fin,
si será cuantificable.
miércoles, 2 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario