Los que hemos dedicado toda nuestra vida a la educación y enseñanza de nuestros jóvenes, y hoy estamos ya jubilados, hemos vivido una desafortunada degeneración de la educación y enseñanza en nuestro pueblo, precisamente cuando más medios y dinero se están destinando a ésta.
Hemos asistido a muchos planes de estudios nuevos, pero totalmente ineficaces, y me atrevo a decir que algunos hasta perjudiciales, porque han olvidado la formación personal y sólo se han preocupado de una superficial instrucción.
Aunque muy tarde, porque esta labor debería haberse hecho hace muchos años, parece ser que el nuevo ministro de Educación y Ciencia ha tomado la iniciativa de consensuar con el resto de las fuerzas políticas un plan de estudios para toda España, a ver si todo contribuye a que salgamos de este pozo obscuro donde está aerrojada la educación en España.
Se ha legislado con criterios políticos partidistas, al margen de los profesores, y así nos ha ido. Nunca, en ninguna actividad de la vida, pueden prevalecer otras directrices que no sean las que emanen de los profesionales entendidos en la materia, y no la de teóricos faltos de experiencia real, y ajena a los hechos contrastados.
No vuelvan a cometer los mismos errores. Hay que basar la educación y enseñanza en criterios
basados en el trabajo racional, exigencia diferenciada, respeto a las personas, escala de valores,
responsabilidad personal, es decir, hay que educar en valores humanos, lo contrario es tener una juventud espiritualmente vacía y carente de vigor para afrontar las dificultades que inexorablemente nos planteará la vida.
martes, 29 de diciembre de 2009
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