Siempre es muy desagradable ver a personas que pierden sus pocas pertenencias, adquiridas con sacrificios y privaciones, y lo que es mas lamentable su casa y a veces la propia vida. Nos parece bien que se atienda económicamente a estas personas y se les ayude en la desgracia. Pero yo me pregunto:¿No sería más eficaz emplear este dinero en prevenir los riesgos y que no se llegara a estas situaciones tan lamentables?
Existen, a mi juicio, dos cosas que habría que tener en consideración y que no se atienden.
La primera la ubicación de las viviendas. Hay casas construidas en lugares, que a todas luces no son apropiados ni idóneos: barrancos, hoyas, parte baja de montañas.... En estos casos las autoridades municipales nunca deberían haber dado los permisos de construcción y vigilar que la obra no se haga clandestinamente.
La segunda cosa que no se atiende es una red de alcantarillado adecuada y otras obras que paliarían los efectos destructores del agua. Las lluvias ocurridas en Santa Cruz y resto de la isla, son muy frecuentes en otros lugares y no dan origen a los males que ocurren aquí. Se construye sin pensar en la lluvia y esto no es admisible, porque tarde o temprano ésta hará acto de presencia, con todas sus consecuencias negativas. Esta es una asignatura pendiente que rogamos sea estudiada y resuelta por las autoridades pertinentes, de una vez para siempre y que no tengamos que estar lamentando los mismos males cada vez que llueve un poco más de lo acostumbrado.
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