La bóveda de los cielos
la cara se está lavando,
se prepara a recibir
la visita de Vulcano.
Gran corte de bellos hijos
le acompañan, entubados,
hasta que la clara noche
los reclama con su manto.
Son genios que un mago sabio
en redomas ha guardado
para darles libertad
en estas cruces de mayo.
Vestidos de mil colores
con trajes de luz y encanto,
se pasean por los cielos
con voces de timbre bajo.
El valle es un candelabro
de mil brazos entorchados
que deslumbra y entretiene
a miles de ciudadanos.
La luz se ha vuelto coqueta,
con el fuego se ha casado,
y su vestido de novia
Hefesto se lo ha bordado.
El Teide abre sus ojos
pendiente del espectáculo,
y se enfada con las nubes
si no le dejan ver claro.
Han salido de su seno
con un permiso prestado
para que adornen la casa
que él cuida desde lo alto.
Todo el valle se ilumina
la noche viste de blanco,
palmeras suben al cielo,
volutas de luz bailando.
Arabescos de colores
los fotones van pintando,
arte efímero que muestra
esplendor, belleza, encanto.
Así es la fiesta que vemos,
así es la fiesta de mayo,
que Los Realejos celebra
por tradición, cada año.
domingo, 14 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario