Con repiques de campanas
y voladores echando,
comienza la romería
de Isidro, labriego y santo.
Los magos con sus sombreros
y sus chalecos bordados,
en sus manos la guitarra,
malagueñas van cantando.
Las rosas forman cortejo
vestidas con sus refajos,
ramillete de colores,
y saltonas van bailando.
Carretas que se deslizan
tiradas por bueyes mansos,
y las bellezas morenas
al público van brindando.
El humilde borriquillo,
con sus arneses dorados,
nos recuerda con nostalgia
los tiempos que ya han pasado.
Las parrandas con sus bailes
serpientes forman, cantando,
y las preciosas chiquillas
sonrisas van desgranando.
Las calles por donde pasa
la romería,con el santo,
engalanan sus balcones
con aperos ya olvidados.
Los Realejos se desviven
por sus festejos de mayo,
y los fieles parroquianos
caminan detrás del santo.
Hay una bella leyenda,
contada por sus paisanos,
que cuando Isidro rezaba,
un ángel ara su campo.
Todo el pueblo se divierte
con la bota y con el canto,
y un traguito de buen vino
se toma de vez en cuando.
La tradición se renueva
con vestimentas y cantos,
recordando la memoria
de nuestros antepasados.
lunes, 15 de marzo de 2010
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