Tiene retratos de espejo
en su mente reservados,
y el personaje que observa
el tiempo lo ha transformado.
Niño aparece jugando
vital y desenfadado,
son fotogramas antiguos
en su memoria guardados.
Adolescente inmaduro,
recuerdos casi borrados,
enemigo del espejo
en esos tiempos pasados.
No le gusta su figura
ni su rostro sonrosado,
vergüenza siente al mirar
el acné que ya ha brotado.
Tiene terror si las chicas
le observan con desparpajo,
mil mundos de tinte negro
llenan su mente, al mirarlo.
Juventud de terciopelo
comportamiento esmerado,
formas festivas que adornan
sus sentimientos dorados.
Espejo de cuerpo entero,
con sus rebordes tallados,
es compañero de alcoba
con quien dialoga encantado.
Maduro, poco frecuenta
el cristal esmerilado,
pocos fotogramas guarda
en su memoria, de antaño.
Llegada la senectud,
ya el espejo está rayado,
no retiene en sus recuerdos
fotos que historien sus años.
domingo, 30 de mayo de 2010
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