por las orillas del río,
contemplando su agua clara
cómo navega conmigo.
Su corriente va cantando
con "bocca chiusa" y tranquila,
con sones que nos susurran
contemplación y vigilia.
Sus aguas besan las flores
que encuentran en el camino
de sus riberas que lucen
primores en sus corpiños.
Mi pensamiento retorna
al nacimiento del río
parajes maravillosos
que siempre llevo conmigo.
Cascadas de blanca espuma
rompen el curso tranquilo,
acrecentando sonora
la música del estío.
Remolinos espirales
de tonos emblanquecidos
se clavan en tus entrañas
como huracán reducido.
Adiós me dicen las aguas
al pasar junto al camino,
aguas que no volverán,
de nuevo, al cauce del río.
Sigo mirando sus aguas
sin tener otro destino
que abrazarse con los mares
en un abrazo infinito.
Yo sigo por sus orillas
pensativo y distendido
gozando de este paseo
en compañía de mi río.
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