jueves, 6 de mayo de 2010

Reflexiones

Cuando Morfeo se ausenta
y la noche está en silencio,
abro las puertas que cierran
mi mente y mis pensamientos.

Entro por ellas sereno,
relajado y muy discreto,
no quiero romper el aura
que irradian mis sentimientos.

Busco razones que expliquen
la multitud de secretos
que guardamos sigilosos
y que aclarar no queremos.

La lógica que se rompe
aunque funcione el cerebro,
alteramos su camino,
pues queremos uno nuevo.

Clarividencia nos falta
en este mundo que sueño,
nubes y nieblas impiden
que del sol, llegue el reflejo.

Pero esas nubes y nieblas
que no dejan ver el cielo,
las fabricamos nosotros,
con nuestros egoismos ciegos.

Sigo buscando y encuentro
los trasnochados recelos
en que las mentes se enredan
sin llegar a ser sinceros.

Pero me resta camino
para indagar al cerebro,
para conocer a ciencia
complicados vericuetos.

Cuántas cosas añadimos,
ignorantes y soberbios,
sin conocer los recursos
que tiene nuestro cerebro.

Afirmaciones vacías,
preñadas de atrevimiento,
ocurrencias de la mente
que no tienen fundamento.

Peligro, cuando la vida
depende de pensamientos
creados por orgullosos
para que ensalcen su ego.

No merecen sacrificios
ni privaciones sin cuento
lo que no son realidades
impuestas con sufrimiento.

El hombre va conociendo
poco a poco los secretos,
con humildad y sin prisas,
es inmenso el universo.




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