Las cosas no suceden por que sí, ni las crisis nacen por generación espotánea. En esta vida, todo tiene su causa, los acontecimientos se van fraguando poco a poco, y no hay que ser unos observadores privilegiados para intuir que, ciertas formas de hacer las cosas siempre llevan al fracaso. Esta crisis estaba cantada varios años antes de que se admitiera su nacimiento, se estaba fraguando en varios frentes, pero los que tenían que poner remedio miraban para otro lado y seguían engordando sus arcas con pingües ganancias y recaudando abundantes impuestos.
Hay que tomar el muñeco en las manos y ver lo que ha ido engendrando en su interior, mientras en su exterior aparecía lozano y saludable. Los políticos no están por la labor de hacer las cosas bien hechas, no van a tomar medidas de ahorro y van a seguir con el despilfarro que nos ha dejado al borde del abismo. Han montado su reino particular, con toda una parafernalia de personajes y tramoya que los han encumbrado en un estado irreal e insostenible, derrochando un dinero que no tienen. Obligados por las circunstancias recortarán un poco el gasto, no siempre del despilfarro, y seguirán con sus grandes gastos innecesarios, a costa del bolsillo de los ciudadanos.
En los recortes anunciados, no aparece por ninguna parte el desmontar este monstruo de estruturas políticas costosísimas e innecesarias, y que solamente sirven para colocar en un puesto bien remunerado a tantos y tantos militantes de los partidos y a sus amigos. Policías autonómicas, televisiones, radios, fiestas, viajes.... y un largo etcétera, no son necesarios para nada. En tiempos de crisis, hay que atender primero las necesidades mas urgentes, dejando para tiempos de bonanza las que sean útiles, y no caer nunca en el derroche.
martes, 1 de junio de 2010
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