Nunca el fútbol ha hecho tanta justicia como en el reciente campeonato del mundo. España ha sido el equipo que mejor fútbol ha hecho, y por tanto es justo merecedor del título de campeón. Incluso en el partido contra Suiza, jugó muchísimo mejor que su contraria, aunque por darnos la espalda el factor suerte, perdimos. Supongo que todos los bocazas, de turno, se habrán tragado los sapos y culebras que soltaron después de ese partido.
En la final contra Holanda, nadie esperaba el comportamiento tan antideportivo, marrullero y leñero de los holandeses, parecía un equipo de lucha libre, eso no es fútbol, eso es violencia pura y dura, y como toda violencia hay que castigarla, cosa que el Sr. Howard Webb, árbitro del partido, no hizo. Ante la pasividad arbitral, el equipo holandés se dedicó a contrarrestar el buen juego español con la dureza y la violencia, ya que con su juego no podía hacerlo.
Para las ocasiones de gol tenidas, el resultado se quedó corto, como también pasó en otros partidos anteriores, pero el fútbol es así, a veces no gana el que juega mejor, sino el que más estorba.
España vibró con el triunfo, no viene mal una evasión, aunque sea por poco tiempo, porque la dura realidad, que nos han creado unos y otros, hace el ambiente irrespirable, y siempre es bueno una bocanada de aire fresco en un ambiente enrarecido.
A los jugadores, cuerpo técnico y cuantos han contribuido para obtener este triunfo, nuestra más cordial enhorabuena.
lunes, 12 de julio de 2010
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