No borres el camino cuando pases
ni fustigues, engreído, al peregrino,
pues no sabes si tendrás que regresar
y pisar en el camino destruido.
No vayas por las sendas de la vida
apagando la luz que has recibido,
ni sembrando la semilla en la maleza,
ahogando las espigas que han nacido.
Siembra la sonrisa por los campos,
por las calles que transitas, convencido
de que alegres sonreirán las flores,
si las riegas con el agua del cariño.
Sacia tu ardiente sed en los riachuelos
que serpean por el monte, entre los pinos,
y que sus cristalinas aguas bajen
susurrándole cantigas a tu oído.
Tiende tu mirada complacida
hacia el horizonte, que el camino
besará las estrellas que se pierden
en las noches calurosas del estío.
Caminos que al hombre llevan,
por el mundo, a su destino,
son hilos que unen los pueblos,
construyendo entramados compartidos.
No rompas nunca los lazos
ni los puentes que te salvan del abismo,
construye, alegre, las sendas
que unen los pueblos contigo.
La vida no es lucha que destruye
los pueblos y objetivos conseguidos,
es crear y generosos compartir
ilusiones y proyectos, con cariño.
jueves, 19 de agosto de 2010
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