Cada vez que toco este tema, salgo con las ideas más confusas, a veces pienso que la cultura se ha convertido en un baúl de sastre donde todo el mundo quiere meter sus intereses para darles renombre y con la esperanza de que la diosa fortuna, en forma de subvención gubernamental, se acuerden de ellos.
Como la declaración de los bienes culturales ha caido en manos de los políticos, asistimos a los más varipintos nombramientos de inmuebles culturales, aunque sean cuatro piedras carentes de todo vestigio de arte.
Capítulo aparte merece ciertas costumbres de algunos pueblos , cuando recaban el derecho de su existencia y el respeto que los demás les deben, porque hay que respetar la cultura de los pueblos. No, en el hecho cultura no tiene cabida todo aquello que se viene practicando, en el pueblo que sea, si esto no va encaminado a cultivar la persona, sus formas, sus acciones y el repeto por los derechos humanos y la sensibilidad que hay que tener con los animales.
No se puede justificar, en nombre de ninguna cultura, las guerras, la pena de muerte, la tortura, la pobreza, la miseria, esto es vandalismo puro y duro y totalmente injustificable, aunque hay quien quiera justificarlo, tapándolo con el falso y obscuro manto de su cultura.
Tampoco tiene nada que ver con la cultura los espectáculos carentes de todo valor artístico y moral, que lo único que manifiestan es una gran dosis de atrevimiento, expresiones desagradables, cuando no, formas grotestas y groseras, que a veces quieren hacernos pasar por programas artísticos. El arte no ataca el espíritu, sino que lo cultiva.
sábado, 9 de octubre de 2010
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