Hoy estamos tan acostumbrados a oír que fulanito o menganito está depresivo, que ya ha llegado hasta el colmo esta dolencia síquica moderna. Ahora se han inventado lo de la depresión postvacacional, es decir, que le cuesta a la gente dejar la gran vida de no hacer nada y cambiarla por el trabajo de cada día. Bueno, eso siempre le ha costado a todo hijo de vecino, pero decir que este cambio desemboca en una depresión, creo que es exagerar bastante.
Lo que si sucede hoy día es que estamos asistiendo a una falta de formación y fortalecimiento de la personalidad de los individuos. La educación en valores éticos, enriquecedores de la personalidad humana han desparecido de muchísimas familias y centros educativos. Se conforman con la instrucción, han hecho desaparecer todo aquello que implique algo de dificultad en la vida del niño y del joven, éste no afronta, en su vida, nada que le obligue a vencer con su esfuerzo y trabajo la más mínima dificultad.
Estamos educando a los niños para una vida social que no existe, una vida plácida, fácil, que te regala todo lo que necesitas, y esto es una fatal equivocación. No ejercitamos a nuestra niñez y juventud en vencer dificultades, en tomar responsabilidades personales, en hacerle frente a las carencias y situaciones con las que se han de encontrar en la vida laboral y social. Su voluntad y su mente no están acostumbradas a sobreponerse, a sacrificarse, con constancia, para conseguir una meta. Ante contratiempos normales de la vida se sienten derrotados y deprimidos, y es que síquicamente no están armados para esta lucha. Hemos creado personalidades débiles, creyendo que les hacíamos un bien, y lo que hemos hecho ha sido formar personas incapaces de afrontar los avatares de la vida.
viernes, 7 de octubre de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario