A pesar de que estoy convencido que hoy estos debates no sirven para nada, no obstante aguanté los 100 minutos delante del televisor, ya que me gusta estar informado de lo que acontece en la vida pública. El Sr.Rubalcaba, tiene que tener más moral que el extremo del Alcoyano, con la carga a sus espaldas del gobierno más nefasto de la democracia, y con la situación de crisis a la que han contribuido, en gran manera, se presenta como si nada hubiera sucedido en este país, no pienso que pueda engañar a nadie, a pesar de ser un personaje retorcido e insidioso.
Pero nunca he creido en la generosidad de Rubalcaba, que haya tomado la decisión de sacrificarse por su partido, sabiendo que tiene las elecciones perdidas, hasta ahí no llega la generosidad de ningún político, y menos de este personaje. Este guarda en la manga otra carta, que ya enseñará a su tiempo, se trata del naipe de la secretaría general del Partido Socialista.
Sus contínuas preguntas a Rajoy, era una manera sutíl de querer encauzar el debate por sus propios derroteros, ya que carecía de logros que exponer como aval de su buena forma de gobernar. Pero Rajoy nunca cayó en su trampa y expuso, con tranquilidad, con mesura, su punto de vista de las cosas, sin enredarse en la tela de araña que le tendía el otro. Cada uno desempeñó su papel de la forma más coveniente, según las circunstancias. Rajoy no quería ser duro, intransigente, nunca entró a matar, aunque había varios toros en el ruedo. Mantuvo la compostura, con la intención de no alterar la intención de voto que le dan las encuestas. En fin, que cada uno hizo su papel.
martes, 8 de noviembre de 2011
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