No te vayas de mi lado,
no te alejes de mi vera,
pues yo no podría sufrir
que conmigo no estuviera.
No te vayas para siempre,
vuelve cuando tú lo quieras,
que mi nido está vacío
hasta que mi amada vuelva.
Camina y vuela si quieres,
visita campos y aldeas,
ciudades y continentes,
y esperaré hasta que vuelvas,
pues yo contaré las lunas
hasta que mi puerta abierta,
sin miedo a nocturnidades,
divise tu faz de seda.
Te buscaré si me llamas,
si perdida en la floresta
pierdes el norte y el rumbo,
los líquenes no te orientan.
Por donde quiera que vayas,
conviértete en mensajera
y vuelve a tu palomar,
aunque sea larga la espera.
jueves, 24 de noviembre de 2011
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