Siempre se repite la misma historia. Los sindicatos han estado tanto tiempo de vacaciones, muy bien pagadas, por cierto,que ahora tienen que ponerse a recuperar el tiempo perdido, a marchas forzadas. Los dos grandes sindicatos, que existen en España, son de un mismo color, yo diría que más que sindicatos son dos ramas políticas, una del partido comunista y la otra del socialista. Su vista no está preparada para admitir otros colores que no sean los suyos propios, a los demás los consideran como intrusos y tratan, a toda costa, de crear anticuerpos en su organismo, dispuestos para la lucha. Pero esto no es producto de la casualidad, no, sino de las vacunas que activan constantemente este estado de alerta.
Los anticuerpos que deberían haber actuado ante la invasión epidemiológica del virus "paraditis" no actuaron, ya que estaban sedados con el farmaco "subventionis gubernamentalis". Y como la dosis era abundante y generosa, los anticuerpos entraron en un estado de nirvana placentero, sin enterarse de que eran invadidos.
Con los recortes de la crisis, sus efectos también han llegado a la sanidad y a las empresas farmacéuticas, y como la propiedad de la fábrica que producía el citado fármato ha cambiado de dueño, parece ser que el nuevo ha disminuido la producción, con lo que la sedación de los anticuerpos es ahora más dificil, y los tendremos de nuevo en actividad.
Pero la actividad de los nuevos anticuerpos no reconocen al virus de la epidemia y, por lo tanto, ya no son eficaces y no podrán combatir el citado virus que padecen los excurrantes, por lo que su lucha se diversificará y se centrará en combatir a los nuevos fármacos que se le están aplicando a este gravísimo enfermo, porque los consideran cuerpos extraños.
En fin esta lucha entre anticuerpos y nuevos fármacos, las medicinas siempre son desagradables, la veremos por las calles, pero lo que no veremos serán los virus, ya que su tamaño no lo permite. Pero el "paraditis" sigue haciendo estragos y multiplicándose sin cesar, pero ojos que no ven.......Y los que no estamos infestados por el virus, nos dedicaremos a cuidar de los enfermos y a esperar que la epidemia termine. Pero lo más grave es que no se combate la enfermedad, sino que se le declara la guerra a los posibles fármacos que tratan de curarla, aunque por ser fármacos nuevos, no sabemos si lograrán atajar tan fuerte epidemia. A ver si hay alguien que me explique este lío, porque yo cada día lo entiendo menos.
miércoles, 22 de febrero de 2012
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