domingo, 22 de julio de 2012

El poni

Caballito de cartón
parece cuando te mira,
con sus ojos de carbón
y sus clines de cortina.

Mira envidioso al corcel
elegante, con sus bridas,
que caracolea brioso
luciendo elegante silla.

Tiene complejo de enano,
de juguete, que entre risas,
realiza sus piruetas
en el circo de la esquina.

No se luce en los rodeos
ni tampoco en las corridas,
y en las ferias de los pueblos
sólo lo montan las niñas.


Sueña con Pegaso alado
para olvidar su rutina,
pero sólo un sueño es,
la realidad es muy distinta.

Los jinetes de postín
nunca le ponen su silla,
y nunca le hacen caso
si suplicante los mira.

Nunca al hipódromo va,
nunca ha hecho esta visita,
sólo alazanes briosos
corren por sus verdes pistas.

Pero su tristeza cesa
tornándose en alegría,
si los niños lo rodean
y lo acarician las niñas.







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