viernes, 23 de septiembre de 2016

Premio de consolación

Ya hacía tiempo que no echaba una parrafada con mi amigo Anselmo, y esta vez nos hemos desquitado del tiempo que llevábamos sin vernos. Hemos hablado de lo humano y lo divino, él siempre con sus ocurrencias y con su sentido del humor socarrón. Cómo no, pasamos revista a la política, y él no está de acuerdo con que haya premios de consolación. Mira Juan, me dice, esto de la oposición es un invento de los políticos para seguir cobrando del erario público, sin hacer nada, es un premio de consolación que se les da a los perdedores. Después de las elecciones, los que han ganado a gobernar, y los que han perdido a sus casas, a vivir de su trabajo, y a esperar a las próximas. Yo entiendo la política como una empresa, como una familia, pero a lo grande. ¿En qué empresa o familia has visto tú que haya un grupo de gente que no trabaja y se dedica a criticar todo lo que hacen los que la dirigen, y además cobran de la misma empresa? Esto es de locos. Que no, que esto es un invento para sacarnos los cuartos y vivir a nuestra costa. Bueno, pues con estas últimas palabras lo dejé en la puerta de su casa y hasta más ver, amigo Anselmo.

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