Recuerdo que en tiempos de Franco, había quien defendía que España no era un país para ser gobernado por un régimen democrático, y esto lo basaba en que no había una conciencia de respetar a los demás y acatar las decisiones de las mayorías. Yo no voy a generalizar esta creencia, ya que hemos vivido bastantes años de democracia en paz, y respeto, pero últimamente han nacido grupos que le dan la razón a quienes pensaban de esa manera. Y esto no es bueno para nadie. La lucha por desestabilizar una democracia desobedeciendo sus leyes, desprestigiando sus instituciones, y no admitiendo el resultado de las urnas, nos lleva ineludiblemente a un caos político, que es la puerta propicia para que entren los salvapatrias de uno y de otro signo.
España quiere vivir en paz y en democracia, corrigiendo y mejorando todo lo que haya que corregir y mejorar, pero no está dispuesta a correr más aventuras trasnochadas, que no nos dejaron sino unas secuelas trágicas y un mal recuerdo.
miércoles, 26 de octubre de 2016
sábado, 22 de octubre de 2016
Visceralidad
La visceralidad nos llevó en el 36 a una guerra fratricida de trágicas consecuencias. Los padres de la constitución fueron conscientes de ese gravísimo problema, y aprendieron a no volver a caer de nuevo en él. Pero parece que no todos saben aprender de la historia, y los brotes de esta nefasta planta están creciendo de nuevo en ciertos sectores de nuestra sociedad. La democracia basa sus relaciones humanas en el diálogo y el respeto a la ley, lo demás es falsear su esencia. Pero hoy estamos asistiendo, a diario, al triste espectáculo de la transgresión legal por parte de aquellos políticos que han concebido la democracia como una puerta falsa para penetrar en el circo de lucha, para hacerse con el poder. No son demócratas, sino dictadores, no respetan al pueblo ni sus decisiones, lo que no ganan en las urnas tratan de conseguirlo con artimañas heterodoxas, que crean el caos y el malestar en la sociedad. El pueblo español no quiere dictaduras de ninguna clase, sino vivir en paz y concordia con sus ciudadanos.
domingo, 16 de octubre de 2016
Rajoy lo tiene crudo
Nunca en España ha habido la situación de interinidad en el gobierno que estamos sufriendo en estos tiempos. No se si la abstención del PSOE será una solución para formar un nuevo gobierno, ya que entre populares y ciudadanos no llegan a la mayoría absoluta para poder tener un gobierno estable. En otros tiempos, en los que no se había extendido la nube del independentismo radical de vascos y catalanes, cabía llegar a un cierto acuerdo con estos partidos, aunque siempre a cambio de algunas concesiones. Pero hoy día tanto unos como otros le han declarado la guerra al PP porque es el único partido mayoritario que pone freno a sus aspiraciones separatistas. El PSOE da una de cal y otra de arena. Los socialistas catalanes son tan separatistas como los nacionalistas, y Zapatero le dió alas al separatismo con su falta de prudencia y tacto político. Es decir que con estos socios no se puede contar.
El PP se está pensando si vale la pena formar un gobierno efímero, en minoría , expuesto a ser derrotado en el parlamento, y obligado a convocar unas nuevas elecciones en cualquier momento. Si, como afirman las encuestas, en unas terceras elecciones, entre PP y Ciudadanos conseguirían mayoría absoluta, con lo que se podría formar un gobierno estable, quizá mereciera la pena arriesgarse e ir de nuevo a las urnas. Esta es la disyuntiva que se baraja en los medios del partido. Lo que sea ya sonará.
El PP se está pensando si vale la pena formar un gobierno efímero, en minoría , expuesto a ser derrotado en el parlamento, y obligado a convocar unas nuevas elecciones en cualquier momento. Si, como afirman las encuestas, en unas terceras elecciones, entre PP y Ciudadanos conseguirían mayoría absoluta, con lo que se podría formar un gobierno estable, quizá mereciera la pena arriesgarse e ir de nuevo a las urnas. Esta es la disyuntiva que se baraja en los medios del partido. Lo que sea ya sonará.
martes, 11 de octubre de 2016
Derechos sin respaldo
Todo el mundo habla de derechos, y trata de exigirlos porque están escritos en tal o cual documento público. Pero en algunos derechos, a mi pobre entender, hay unas lagunas tan grandes, que los convierten, poco menos, que en papel mojado.Estas lagunas o vacíos consisten en que junto al derecho no especifica ni fija quien tiene el deber de cumplir o hacer posible su cumplimiento. Da la sensación de que los legisladores han trasladado al papel sus buenos deseos, porque no me cabe pensar que sean conscientes de que están engañando. Cuando decimos que todos los ciudadanos tienen derecho a un puesto de trabajo, a una vivienda digna....¿Quién tiene el deber de proporcionárselo? Todo derecho implica la existencia de un deber, y si no ¿para qué sirve?
viernes, 7 de octubre de 2016
Mi viejo barco
Varado está mi viejo barco
en el arenal de la rivera,
crujen sus maderos y chirrían
cuando lo azotan las mareas.
Yo lo contemplo al pasar,
inundado por la pena,
al ver su triste abandono
y su mástil sin bandera.
El, que cruzaba los mares
y vencía a las tormentas,
y besaba con su quilla
los colas de las sirenas,
Se encuentra ya desahuciado,
exhausto, ya no navega,
sus motores ya no rugen,
ya no despliega sus velas.
Ya no se mira orgulloso
en claras aguas serenas,
ni desafía a los vientos
ni lucha con las galernas.
Pues no tocará más puertos,
ni pintará más estelas,
ni acariciará las olas,
ni alumbrará noches negras.
La Luna le mira triste
recordando lo que era,
cuando miraba su cara
las noches que lucía llena.
El céfiro no acaricia
ni su proa ni sus velas,
y el huracán ya le extraña
en los días de tormenta.
Ya mi barco está varado,
la mar consuela sus penas,
pues sólo ya la contempla,
anegado de tristeza.
lunes, 3 de octubre de 2016
Ocasión perdida
Se ha perdido una gran ocasión, deseada por la mayoría de los españoles, de formar un gobierno de coalición con un programa pactado y un consenso de perseguir hasta acabar con ella, si esto es posible, la corrupción. Pero nos han demostrado los políticos que no están a la altura que las circunstancias requieren. Se han impuesto los personalismos, la cerrazón, el exclusivismo y el radicalismo y ha faltado la sensatez, el amor al pueblo y la visión de estado. Y es que reina la idea de que esto de la política es una lucha por el poder y no un servicio al pueblo. Al pueblo no le han dado lo que él ha pedido, que sería lo mejor, en las actuales circunstancias, y se ve obligado a escoger lo menos malo. Mientras más se dilate esta absurda situación, y mientras más elecciones haya, más ciudadanos votarán al PP, con la única intención de salir del atolladero en el que nos han metido los malos políticos.
sábado, 1 de octubre de 2016
Revanchismo y exclusivismo
Para construir el edificio del estado no son aptos todos los materiales, aunque a alguién le parezca lo contrario. Hay sobre todo dos clases de ladrillos que son sumamente perjudiciales: el revanchismo y el exclusivismo. Los arquitectos que hicieron los planos del nuevo edificio de la democracia, conociendo las nefastas consecuencias a donde nos habían llevado esta clase de materiales, en la última república, trataron de limar asperezas para que no se colaran en la construcción que tenían entre manos. Pero aquellos artífices, conocedores de la historia porque la habían sufrido en sus propias carnes, han sido sustituidos por otros que parecen ignorarla, y han vuelto a resucitar y emplear aquellos nefastos materiales desechados, con tan buen criterio, por los primeros arquitectos.
Los resultados los estamos sufriendo, este edificio ha comenzado a agrietarse, y lo peor del caso, es que se está tardando, más de lo deseado, en arreglarlo. Por el bien de todos esperamos que el mal no siga a más.
Los resultados los estamos sufriendo, este edificio ha comenzado a agrietarse, y lo peor del caso, es que se está tardando, más de lo deseado, en arreglarlo. Por el bien de todos esperamos que el mal no siga a más.
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