Le dedico este poema a
todas mis amigas que
tienen el gran honor de ser madres,
ese ser entrañable que todos
llevamos en nuestro corazón.
MADRE
que te defina una madre,
que mis palabras son torpes,
y no podré contentarte.
Pídeselo a las deidades,
a las que todo lo saben,
seguro que te dirán
que tu petición no es fácil.
O pídele al escultor
que esculpa un corazón grande,
infinito, generoso,
donde todo el mundo cabe.
O al joyero que fabrica
filigranas con su arte,
que la gema más preciosa
en un corazón engarce.
O al jardinero que cuida,
con esmero y buen talante,
las flores de su jardín,
que plante una rosa grande.
O al pintor de las sonrisas,
de miradas agradables,
de bellos ojos que miran
y que te cambia el semblante.
O pídeselo también
al hacedor de los mares,
que la más bellas sirenas
canten loas a la madre.
O al sabio que desentraña
la vida con su mensaje,
dile si ha encontrado algo
que se parezca a una madre.
No hay nada por más que busques,
ni en los cielos ni en los mares,
que sea más entrañable
que el corazón de una madre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario