domingo, 2 de agosto de 2009

Canto en el bosque


Dejad que cante, que mi melodía
llene de júbilo y sonoridad
la obscura y vacía noche asustadiza,
y al silencio no le de conformidad.

El eco de mi voz me lo devuelve
la montaña, limpio y purificado,
invita a cantar a las aves juntos,
formando un coro unísono y afinado.

El viento lleva nuestras voces por
cañadas y laderas, invitando
a unirse a nuestro gran canto coral
a toda la naturaleza entera.

Los sones de las hojas acompañan
mecidas por un céfiro agradable,
cual órgano de tubos,exultante,
los trinos que de sus estomas salen.

El grillo con sus élitros sonoros
se une, madrugador, a nuestro canto,
sale de su capuchera atrevido
tocando su violín,todo un encanto.

El ciervo que oye nuestra melodía,
de tenor su potente voz nos presta,
retumbando sus escalas de armonía
y llenando con su canto la floresta.

El lobo desde su guarida otea,
oyendo tan musical espectáculo,
afina su fuerte voz, no aulla,canta
y nos deleita con su voz de bajo.

La rana saltarina y bulliciosa
endulza su croar, y no desafina,
se esmera cantando con la perdiz
y las dos con su serenata animan.

El buho curiosón y sigiloso
pregunta qué gran fiesta se celebra,
la cotorra enterada y parlanchina
le contesta que ya hay paz en la tierra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario