El hombre siente miedo en muchas ocasiones de su vida, este miedo, a veces, lo siente por malas experiencias vividas, por catástrofes naturales, por atentados criminales, por guerras, por desgracias personales..... pero hay otra clase de miedo, que es el infundido por una determinada educación, yo le llamaría el miedo preventivo, y hay un tercer miedo, que es el miedo de la ignorancia.
Es natural que las personas, mas que miedo, sientan temor porque vuelvan a reproducirse acontecimientos trágicos, que tanto daño han ocasionado en el pasado, como las guerras y las catástrofes naturales o atentados sangrientos.
El segundo miedo, el infundido por la educación, es totalmente irracional y falto de toda objetividad y realismo. Los que han creado un cuerpo de doctrina, echando mano de castigos, males, infiernos, para aquellos que no sean fieles a sus directrices, para tener al pueblo sometido y sumiso a lo que ellos le dicten, no han hecho otra cosa que inventarse una fantasmagoría para amedrentar a los pobres ignorantes. Hoy día, la humanidad sabe infinitamente más que en los tiempos donde se inventaron todas estas cosas, y no tenemos un fundamento lógico para poder dar como existente y verdadero semejantes inventos.
El tercer miedo, el provocado por la ignorancia, tiene su cierta lógica, aunque errónea, porque los hombres tenían, en la antigüedad pocos conocimientos sobre los fenómenos naturales,a gran escala, y les temían como provocados por las fuerzas del mal. Hoy día conocemos la naturaleza de todos estos fenómenos naturales y que nada tienen que ver con ninguna clase de maligno.
No es bueno educar ni vivir bajo la impresión del miedo. Éste no ayuda a nada, todo lo contrario, nos retrae, nos quita iniciativa, autoestima y no nos deja desarrollarnos plenamente.
viernes, 4 de diciembre de 2009
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