Mi gato es un sibarita
comodón como ninguno,
listo ,sagaz y mandón
rey del imperio gatuno.
Mi casa se la conoce
desde la planta al tejado,
y escoge el sitio mejor
para dormir bien echado.
Es melindroso comiendo,
nada de sobras ni raspas,
su menú bien se lo escoge
y siempre pide la carta.
De pescado no le hables
si no es pescado fresco,
congelado no lo quiere
porque dice que está viejo.
Se ha apuntado, el muy tunante,
a las marcas de primera,
y a mi cuando voy al super
me encarga las que más cuestan.
Cuando le digo que cace
ratones y cucarachas,
él me responde: anticuado,
eso mi abuelo lo usaba.
Ya vivimos otros tiempos
en casas de la ciudad,
la comida que comemos
tiene ya caducidad.
Agredir a los vecinos
por muy ratones que sean,
son costumbres muy antiguas
que tu conducta te afean.
No querrás que me intoxique
comiendo ranas y ratas,
pues luego el veterinario
te cuesta más que las latas.
Si no me cuidas con mimo
con caricias y recato,
me voy a la sociedad
a denunciar tu maltrato.
Y prepárate amiguito,
porque viene una inspección
y te meten un paquete....
como tenga una infección.
Este gato sabidillo
ha estudiado en la Sorbona
y las leyes de su especie
se las sabe de memoria.
Es muy limpio, eso sí,
porque se lava la cara
varias veces, cada día,
por la tarde y la mañana.
Todo lo que gasta en latas
se lo quiere ahorrar en agua,
pues huye de ella veloz ,
porque ni un galgo lo alcanza.
Cuando ve el televisor
sentado en su sillón nuevo,
se ríe del gato andaluz
por su jocoso gracejo.
Yo quiero un gato de campo
ni culto ni refinado,
que sepa cazar ratones
y que viva en el establo.
Vaya gato que yo tengo,
lo regalo y con corbata,
a ver si se va de casa
y lo pesca alguna gata.
sábado, 5 de diciembre de 2009
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Graciosa poesía, Juan, se pasa un buen rato con su lectura. Pepe
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