Escalando por la cinta
teñida de negro asfalto,
serpiente que quiebra el bosque
por su cumbre cabalgando,
visita lugares bellos
de monte verde poblados,
coronados por pinares
de esbelto pino canario.
Pero en mitad del camino,
los alisios han formado
un palio de blanco lino
sobre el valle colocado.
Es estación de querubes
que volando los espacios
descansan cuando se sienten
con fatiga y agotados.
Las nubes quietas se quedan
mirando el valle encantado,
en éxtasis que las duerme
fundidas en un abrazo.
No acompañan a los vientos
por los cielos estrellados,
han encontrado su oasis
y en el valle se han quedado.
Acarician con primor
regalando, con agrado,
vitalidad a las hojas
sedientas, en el verano.
Dulcifica con su sombra,
va mitigando los rayos,
dardos ardientes que lanza
Helios en su trono claro.
Mar de olas espirales
por ti, no navegan barcos,
sólo hay sembrado algodón
en la extensión de tu campo.
domingo, 23 de mayo de 2010
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