Mi amigo Fernando Gámez dela Blanca me pide que escriba unas líneas sobre mis años vividos en el Colegio Salesiano de übeda, y no puedo negarme a complacerle.
Llegué al colegio a finales de octubre del año 1957, me encontré con un panorama algo extraño, había albañiles por todas partes, con su correspondiente música de percusión. Comenzamos el curso el día 26, habitando la parte terminada del edificio, y un patio que era un barrizal.
La comunidad salesiana la componíamos seis salesianos: D. Evaristo Sánchez Hernández, director, D. Manuel Gaitán Perabad, prefecto y consejero, D. Eduardo Rodríguez Regalado, catequista, D. Manuel Vegas Santos, encargado de enseñanza primaria, y dos clérigos en prácticas: D. Enrique Gómez Aguado y D. Juan Rosales Jurado, un servidor.
También había algunos profesores seglares : D. Joaquín Martos Mollinedo, en bachillerato, y en primaria, solo recuerdo sus nombres: D. Ginés, D. Juan, y D. Juan.
Había cinco cursos de alumnos de bachillerato, desde primero hasta quinto, una clase de ingreso al bachillerato, una clase preparatoria, y otras tres de primera enseñanza. A pesar de ingresar en una institución nueva para ellos, los alumnos se acostumbraron pronto a la nueva disciplina del colegio y no hubo ningún problema digno de resaltar. Eran chicos nobles y trabajadores, en general.
Los primeros años, antes de que se reconociera el colegio, llevábamos los alumnos a examinarse, al final de curso, al instituto de Baeza, los resultados fueron muy buenos, los salesianos comentábamos que quizá si los exámenes se hubieran hecho en el colegio no hubieran sido mejores. Como muestra voy a contar una anécdota que me sucedió con mis alumnos de geografía. Tengo que decir, primero, que los profesores del instituto tuvieron la atención de decirnos que le entregáramos una lista de los alumnos, por orden, teniendo como referencia la nota media de las notas mensuales del curso, para evitar que los alumnos se jugaran el curso a una sola carta. La profesora de la asignatura de geografía era la directora, no recuerdo ya el nombre, pero sí su felicitación, porque me dijo que al último de mi lista, no había tenido más remedio que calificarlo con 7. Eran tiempos sin tv. sin maquinitas y los alumnos se dedicaban a estudiar, había muy buen ambiente de estudio, y de ahí los buenos resultados.
En fin, tengo muchos gratos recuerdos de aquel tiempo, pero el amigo Fernando me ha recomendado que sea breve, y aquí pongo punto y final.
Puerto de la Cruz- Tenerife- Octubre de 2017
sábado, 11 de noviembre de 2017
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