jueves, 30 de septiembre de 2010

Escucha tu alma.

No interrumpas con palabras
al alma que habla en secreto,
y te susurra a tu oido,
cuando el cuerpo está en silencio.

Hay que prestar atención
y concentrarte, sincero,
para captar el mensaje
que llega a tu pensamiento.

No te llega con bullicio,
ni acompaña al estruendo,
la finura de su voz
tienes que oirla en silencio.

No es cuestión de que no entiendas
ese lenguaje secreto,
se trata de la armonía,
y no de los decibelios.

La fuente de inspiración,
la raiz de los proyectos,
sólo nacen si los riegas
con el agua del silencio.

El alma no sabe hablar
al que jamás está atento,
perdido en sus laberintos
sin tranquilidad y sosiego.

Escucha esos dulces sones
que, quedos, buscan encuentro
con el que vela esperando
la visita de sus sueños.

Bálsamo de luz y amor
son pensamientos sinceros,
que trazan nuevos caminos
y tu vida siente abiertos.

No apagues con fuerte voz
la inspiración y el consejo
que nace en la reflexión
que aprendemos con el tiempo.

Oye a tu alma que habla
a tu corazón sincero,
no hacen falta las palabras
porque habla al pensamiento.

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